Pasar de la luz a la sombra es fácil. Aprende a dar vida a tus dibujos con solo algunos trazos de lápiz.
El material: papel blanco, lápiz de grafito 2B o carboncillo, un objeto de forma sencilla (una manzana o una pera) iluminado por una lámpara de despacho.
Antes de empezar:
Se denominan valores las sobras y las luces de un dibujo. Las zonas de sombra absorben la luz y las zonas iluminadas la difunden. Gracias a estos contrastes de tonos, podrás representar los volúmenes.
Empieza trazando los contornos del objeto.
Localiza las distintas zonas de valores:
Traza el contorno de estas distintas zonas con un trazo ligero.
Si te cuesta distinguir los contrastes, mira el objeto guiñando los ojos. Las zonas de valores aparecerán con mayor claridad.
Si en tu modelo dominan las zonas oscuras, empieza rellenando las zonas más sombrías para terminar con las más claras. Si no, haz lo contrario.
Plasma los distintos valores con la técnica del garabateo apretado: sujeta el lápiz a mitad del mango y efectúa gestos de vaivén amplios
