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Todas técnicas: El cuaderno de viaje

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Composición itinerante, íntima y obligatoriamente subjetiva, el cuaderno de viaje es un relato ilustrado colocado bajo el signo de la creatividad. Croquis, acuarelas, fotos, textos... albergará con gusto todo lo que decidas confiarle.

1. Un poco de historia

Datos geográficos obtenidos por los primeros exploradores, tablas naturalistas, relatos de capitanes de largos viajes... el cuaderno de viaje nació de la necesidad de plasmar en imágenes y en palabras los grandes periplos del pasado. El viaje, de placer o no, nació antes que la fotografía, y el dibujo y la pintura fueron durante mucho tiempo el único medio de representar el exotismo de las comarcas lejanas. Algunos artistas estarán por siempre asociados a ciertos destinos: Delacroix a Marruecos o David Roberts a Egipto, por ejemplo.

Aunque la fotografía permite a día de hoy traer instantáneas de las antípodas del mundo, el cuaderno de viaje sigue siendo el mejor medio para reflejar la emoción, la magia de los encuentros y de los descubrimientos.

2. ¿Qué es?

  • Un testimonio visual, ilustrado con croquis, dibujos más elaborados, acuarelas, y también fotos o tarjetas postales. Una composición que mezcla imágenes y textos: del sencillo comentario a relatos más detallados, poemas...
  • Puedes presentarlo cronológicamente, pero nada te impide dividirlo geográficamente o definir varios temas.
  • Elabóralo completamente a mano o introduce en él una mezcla de recuerdos:  entradas de espectáculos, recortes de periódico, flores secas...

En resumen, se trata de una obra personal, tu obra. Como tal, eres libre de poner en él lo que quieras. También puede plasmar un viaje interior o dar testimonio de tu vida diaria.

Truco: prepara un cuaderno elaborado

Según el grado de sofisticación que quieras darle, quizás decidas hacer solamente algunos croquis durante el viaje para luego terminar los dibujos y componer el cuaderno a la vuelta.

  • Intenta anotar el máximo número de detalles posibles en los bocetos (o hacer fotos de lo que quieres dibujar).
  • Conserva tus dibujos, con los elementos complementarios, en sobres ordenados por lugar y fecha.

3. Elegir el cuaderno

En las tiendas encontrarás distintos modelos ya decorados. También puedes utilizar material previsto para el dibujo o la pintura.
 

  • Elige el papel en función de los medios que pretendes utilizar: granulado para el pastel, más liso para el grafito, o papel de acuarela para los medios húmedos (incluida la tinta)...
     
  • Nada te impide realizar las acuarelas en un soporte por separado (por ejemplo un bloc pegado de cuatro lados) para luego insertarlos en tu cuaderno o álbum de viaje.
     
  • Confecciona tu propio cuaderno tú mismo, eligiendo un cartón rígido para el fondo, un cartón decorado para la cubierta, y hojas de papel distintas: artesanal, calco, de dibujo blancas o de color, para acuarela, etc. Encuadérnalas con una espiral, anillas, cintas, etc. Así personalizarás tu obra de la A a la Z.

Truco: el formato adecuado

Si piensas hacer todo el trabajo durante el viaje, elige de preferencia un formato reducido (del cuaderno de bolsillo al A4) más práctico. Si compones tu álbum a la vuelta, te liberarás de esta tarea. Sin embargo, piensa en todo lo que quieres poner antes de determinar el tamaño de las páginas: un cuaderno de viaje puede ser denso, pero no tiene que parecer nunca apretado.

4. Consejos profesionales

  • Evita la coleccionitis: aunque un cuaderno de viaje es, por definición, muy flexible, nunca podrás incluir en él todos tus recuerdos. ¡Selecciona los más impactantes!
  • Preserva la espontaneidad: aunque compongas el cuaderno tranquilamente varias semanas después del viaje, intenta retranscribir la magia del momento... mejor que ahogar tus emociones en unos textos demasiado pensados.
     
  • Varía los placeres: tienes que contar, pero también sorprender, Alterna las impaginaciones, varios formatos de dibujos y acuarelas, etc.
     
  • Deja aire: el ojo del lector tiene que saber siempre donde posarse. Deja algunos espacios en blanco y evita llenar demasiado las páginas, para no arriesgarte a quitar fuerza al contenido.