Para hacer un croquis en vivo, es inútil cargarte de paños, gomas o fijante: ¡solo necesitas lo mínimo indispensable!
Para hacer un croquis en vivo, es inútil cargarte de paños, gomas o fijante: ¡solo necesitas lo mínimo indispensable!
Por razones obvias de organización, más vale evitar trabajar con hojas sueltas (que se pueden perder o estropear). Lo mejor es utilizar un bloc de croquis.
¿Cómo elegirlo?
- Procura elegir un bloc de fondo rígido. Esto te permitirá disfrutar de un apoyo.
- Los blocs de gusanillo son prácticos, ya que las hojas son independientes unas de otras.
- En cuanto al formato, opta por la sencillez. Los A4 o A5 ofrecen una superficie muy cómoda para dibujar y no ocupan demasiado. En cuanto al volumen, viaja ligero de equipaje... con unas cien hojas basta.
- El papel para croquis suele ser "bouffant", es decir, sin prensar, ligero y grueso a la vez. Se adapta perfectamente al dibujo con grafito, pastel, carboncillo y sanguina.
En cambio, si trabajas con rotulador, elige un bloc de papel liso (papel layout), resistente al agua y a las tintas.
¿Cómo utilizarlo?
Cuando trabajes un tema desde distintos ángulos, haz todos tus croquis en la misma página. Así podrás tener una visión de conjunto.
- No dudes en girar el bloc para estar más cómodo. Dibuja en todos los sentidos.
- Dibuja sólo por la cara frontal de la hoja. La transparencia podría jugarte una mala pasada.
Los blocs de croquis suelen ser de papel "bouffant" (sin prensar), según los conocedores. ¿Sus ventajas? Es ligero y grueso a la vez. Se trata de un papel más bien rugoso, ideal para los croquis rápidos o proyectos.
Cualquier lápiz o bolígrafo puede servir. Pero algunos medios ofrecen ventajas nada menospreciables: