Realizar un dibujo con sólo algunos trazos de lápiz no es cuestión de magia ¡sino de croquis! Cuidado, este ejercicio es un arte con todas las de la ley. Entonces ¿dónde y cómo hacer croquis? He aquí algunos indicios...
Realizar un dibujo con sólo algunos trazos de lápiz no es cuestión de magia ¡sino de croquis! Cuidado, este ejercicio es un arte con todas las de la ley. Entonces ¿dónde y cómo hacer croquis? He aquí algunos indicios...
Experimenta el croquis tanto en el interior como en el exterior: los juegos de luces son completamente distintos. Al principio, más vale trabajar con temas estáticos. Podrás pasar a los temas en movimiento cuando tengas un poco de entrenamiento.
Ejemplos de temas estáticos: esculturas en un museo o un parque, un paisaje, un edificio, una persona dormida, espectadores de un concierto o representación teatral, etc.
Ejemplos de temas en movimiento: animales en un zoo o un acuario, niños o personas corriendo en un parque, etc.
Algunas reglas a seguir:
¡Cronométrate! Date un tiempo limitado (de entre 5 y 10 minutos) por croquis. La presión del tiempo te ayudará a ser más eficaz y a seleccionar la información importante.
¡No te empeñes! Si un tema no te inspira, pasa a otra cosa. El croquis requiere espontaneidad para obtener un gesto libre y ágil. Si te haces demasiadas preguntas, te arriesgas a no conseguirlo.
No te conformes con hacer un solo croquis del tema que hayas elegido. Plásmalo bajo todos los ángulos. Al desplazarte, observarás nuevas características: punto de vista, zonas de luz, perspectiva, etc...
Fácil y rápido, este método consisten el crear solamente zonas claras y oscuras, sin trazar contornos. Esto permite trabajar a la vez los contrastes y los volúmenes.
Para aportar color a tu croquis, tienes varias posibilidades: