2. Primero, encontrar el horizonte
La línea del horizonte es el elemento fundamental. Tienes que localizarla. Sí ¿pero cómo? Es muy fácil: cabeza recta, mira delante de ti. El lugar exacto adonde se dirige tu mirada corresponde a la altura de la línea del horizonte. De hecho, la línea del horizonte se sitúa...¡a la altura de tus ojos!
Ahora, en este línea del horizonte, sitúa el o los puntos de fuga. Estos
puntos imaginarios están ahí para ayudarte a construir tu « obra» en perspectiva. Ya que, es justamente en el punto de fuga donde van a converger las líneas de fuga.