Pasar al contenido principal

Pintar y dibujar al aire libre

Observe este artículo
Sin votos (todavía)

Representar la serenidad de un paisaje, captar en directo la animación de una escena de mercado o simplemente intentar sacar provecho de la luz natural... hay muchas razones para trabajar al aire libre. ¡Pero hay que organizarse bien!

1. Elegir la técnica

A no ser que pintes tu jardín, trabajar al aire libre implica poder disponer de un material reducido, fácil de utilizar y, sobre todo, de transportar.

  • La mayoría de medios secos se adaptan a todas las situaciones: carboncillo, grafito, lápices de colores o acuarelables, e incluso los pasteles, de preferencia a base de aceite, teniendo en cuenta la fragilidad de los bastoncillos blandos.
  • La acuarela, ideal para los trabajos rápidos y espontáneos, se utiliza fácilmente al aire libre, con la condición de que la lleves en cubiletes.
  • Inmunizado contra la lluvia, ¡el óleo se burla de las intemperies! Sin embargo, procura transportar delicadamente tu obra, que todavía estará húmeda cuando cierres el caballete.
  • ¿Eres un incondicional de la pintura acrílica? Mezcla con los colores un retardador de secado en gel o líquido... que te permitirá trabajar a tu ritmo, incluso con brisa.

2. Elegir el papel

Bocetos y croquis en vivo: un cuaderno de gusanillo basta. Existen en gramajes y tamaños distintos. Evita los formatos demasiado voluminosos si no estás seguro de poder trabajar sentado.

Recuerda

¿trabajas con hojas sueltas? Fíjalas con pinzas de dibujo al cartón de dibujo. Si no, el más mínimo soplo de aire podría aguarte la fiesta.

Técnicas húmedas: evita cargarte con una tabla de dibujo y del sempiterno material de fijación.

Opta por un bloc "encolado por los cuatro lados", listo para el uso, ideado para impedir que las hojas se ondulen.

Cada hoja, bien tensada, se adhiere a la anterior, hasta que decidas separarla, una vez la obra seca.

El buen gesto: Separar una hoja del bloc encolado por los 4 lados

¡No hay nada más fácil! Desliza una hoja fina (cúter u otra) bajo la hoja en la que has trabajado, en la zona que no está pegada (suele estar arriba, en el centro o en la parte inferior). Desliza la hoja a lo largo de todo el bloc.

3. Instálate cómodamente

  • ¿Pretendes hacer croquis rápidos en un bloc de papel? Un bando o un murete te ofrecerán un asiento suficiente. Incluso, con un poco de costumbre, podrás trabajar de pie, apoyado contra una pared o una farola.
  • La acuarela, el óleo, el pastel o incluso el carboncillo te llevarán a preferir la comodidad y la estabilidad. Elige un caballete plegable, llamado "de campaña" y su taburete a juego. Algunos modelos vienen con un cajón, práctico para guardar los medios. Otros, de inclinación variable, permiten trabajar en plano o verticalmente.

4. Elige el tema

La belleza de los paisajes, la finura de los detalles arquitectónicos, la riqueza de las composiciones vegetales, la fuerza de las escenas urbanas...hay muchos motivos para pintar. Determina el tema en función de tu humor, de tu medio preferido y también de tu nivel. No esperes, por ejemplo, captar el fulgor de una carrera de caballos si no puedes plasmar un movimiento con pocos trazos.

¿Eres principiante? Trabaja con temas sencillos, que puedas trabajar correctamente antes de tener que desmontar tu equipo.

 

5. Observa el tema

No intentes nunca plasmar todo tu campo visual.

  • Visualiza la escena como en el visor de una cámara de fotos y elige el mejor encuadre.
  • Localiza la organización de los distintos planos, las perspectivas, el trayecto de la luz, las sombras, etc.
  • Eventualmente, realiza un croquis rápido en una hoja aparte, que te ayudará a validar la composición y te servirá de recordatorio.

Truco: 3 consejos para trabajar mejor

  • Da prioridad a lo esencial: es poco frecuente finalizar la obra en una sola sesión. Empieza con un boceto, coloca las grandes masas y adelanta el trabajo de manera homogénea. Reserva los detalles para tu regreso al taller.
  • Capta el instante: escena efímera, luminosidad cambiante, imposibilidad de volver otro día... No dudes en fotografiar la escena que quieres reproducir, mejor que intentar memorizar todos los detalles.
  • ¡Haz trampas! Nadie te reprochará que hayas "olvidado" un árbol molesto o que hayas enriquecido el primer plano con un elemento imaginario.

6. Adquiere los reflejos adecuados

  • Antes de irte, comprueba que puedas transportar el material fácilmente. Mete la caja de colores y el taburete plegable en una mochila.

  • La meteorología no es una ciencia exacta. En el momento de instalarte, localiza un lugar cubierto en las cercanías, para poder protegerte en caso de chubasco.
  • Evita el sol. Sus juegos de luces harán maravillas en tu composición, pero estropearán tu papel. Intenta disfrutar de una sombra homogénea: terraza cubierta, sombrilla, sombra de un edificio. Desconfía también del calor, que acelera el secado y funde los pasteles a base de aceite. Renuncia a trabajar con viento, o tendrás que amarrar sólidamente tu caballete.
  • Hay pocas probabilidades de que dispongas de suficiente agua y paños para limpiar tu material. Guarda los instrumentos en bolsas herméticas... y programa una sesión de limpieza en cuanto hayas vuelto a puerto.

 

¡Cuidado!: no utilices nunca agua de mar.