Representar la serenidad de un paisaje, captar en directo la animación de una escena de mercado o simplemente intentar sacar provecho de la luz natural... hay muchas razones para trabajar al aire libre. ¡Pero hay que organizarse bien!
Representar la serenidad de un paisaje, captar en directo la animación de una escena de mercado o simplemente intentar sacar provecho de la luz natural... hay muchas razones para trabajar al aire libre. ¡Pero hay que organizarse bien!
A no ser que pintes tu jardín, trabajar al aire libre implica poder disponer de un material reducido, fácil de utilizar y, sobre todo, de transportar.
¿trabajas con hojas sueltas? Fíjalas con pinzas de dibujo al cartón de dibujo. Si no, el más mínimo soplo de aire podría aguarte la fiesta.
¡No hay nada más fácil! Desliza una hoja fina (cúter u otra) bajo la hoja en la que has trabajado, en la zona que no está pegada (suele estar arriba, en el centro o en la parte inferior). Desliza la hoja a lo largo de todo el bloc.
La belleza de los paisajes, la finura de los detalles arquitectónicos, la riqueza de las composiciones vegetales, la fuerza de las escenas urbanas...hay muchos motivos para pintar. Determina el tema en función de tu humor, de tu medio preferido y también de tu nivel. No esperes, por ejemplo, captar el fulgor de una carrera de caballos si no puedes plasmar un movimiento con pocos trazos.
¿Eres principiante? Trabaja con temas sencillos, que puedas trabajar correctamente antes de tener que desmontar tu equipo.
No intentes nunca plasmar todo tu campo visual.
Antes de irte, comprueba que puedas transportar el material fácilmente. Mete la caja de colores y el taburete plegable en una mochila.
¡Cuidado!: no utilices nunca agua de mar.