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Aprender la acuarela en 6 etapas

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Paisaje, bodegón o retrato... más que la técnica, es tu interpretación, a través de la elección de los colores y la composición, la que creará la diferencia.

 

6 etapas clave para ayudarte a realizar una acuarela.

1. Elegir el tema

  • ¿Eres principiante? Decántate por temas sencillos, así evitarás perderte en los detalles: un vaso, una fruta, un ramo de margaritas, etc. No sirve de nada lanzarte demasiado pronto a la pintura abstracta...
  • Trabaja mejor utilizando una fotografía que con un modelo vivo. Así podrás retomar la obra en todo momento, sin que importe el tiempo ni el clima. Para mayor facilidad, piensa en fotocopiar la foto ampliándola.
  • ¿Te apetece tomar el aire? La acuarela es una de las técnicas que mejor se presta a la vida nómada. Al aire libre, un horizonte lejano o el detalle de un reflejo bastan para dar vida a tu cuadro. Pero cuidado, pinta sólo lo que se encuentra en tu campo de visión, sin girar la cabeza de derecha a izquierda.

Truco

En verano, instálate a la sombra para evitar que el papel blanco te ciegue.

2. Observación del tema

Tómate tu tiempo para reflexionar y observar, plantéate todas las preguntas posibles.

  • Estimula tu creatividad centrándote en los juegos de color, en los distintos matices y sus variaciones: ¿cuál es la tonalidad general del tema? ¿Qué impresión general pretendes plasmar?
  • Observa las sombras y la manera con que la luz se propaga.

3. La composición del cuadro

  • Más que por las reglas geométricas, tienes que guiarte por tu sentido del equilibrio. Busca siempre el mejor formato de página posible, sabiendo que un tema pequeño en un gran formato da sensación de vacío y que lo contrario genera una sensación de agobio. 
  • Piensa en incluir las sombras: coloca el tema de modo que éstas den vida al cuadro sin desequilibrar la composición.
  • No intentes rellenar a toda costa la superficie de papel: aislado sobre un fondo blanco, el tema puede ganar elegancia.

 

4. El dibujo preliminar

Son pocos los artistas que se lanzan sin hacer antes ningún boceto preliminar. Traza primero ligeramente todas las líneas con el lápiz: en caso necesario, añadirás los detalles al aplicar los colores.

  • El trazo debe ser muy ligero: en acuarela, desde que se aplica el primer color, el lápiz queda fijado y no puede borrarse. Un trazado demasiado grueso ensuciará los colores.
  • Si el boceto no te satisface, no lo borres. Corrige directamente el trazado o vuelve a empezar.

Truco

¿no has dibujado nunca y temes lanzarte? Utiliza un papel de calco para plasmar en el papel los contornos del tema.

5. La aplicación de los colores

La técnica húmeda requiere que el manejo del pincel sea lo más seguro posible, ya que es delicado corregir los errores.

  • Mantén el gesto firme, aunque te salgas ligeramente de las distintas zonas del dibujo preliminar.
  • Trabaja con rapidez, ya que la acuarela se seca rápido.
  • Practica una vez y otra, para explorar todas las posibilidades que te ofrece tu paleta.

6. Añadir los detalles

Esta última etapa tiene un objetivo doble: reforzar la presencia de ciertos elementos y dar más cuerpo a tu obra.

  • Realza los elemento que están en primer plano.
  • Trabaja con los colores poco diluidos.
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