La acuarela, con sus tonos sutiles y resplandecientes... Pocos minutos bastan para crear tus acuarelas caseras. Aunque no rivalizarán con las de los fabricantes de colores, serán bien resistentes.
La acuarela, con sus tonos sutiles y resplandecientes... Pocos minutos bastan para crear tus acuarelas caseras. Aunque no rivalizarán con las de los fabricantes de colores, serán bien resistentes.
La goma arábiga se presenta en dos formas: en solución, lista para el uso, o seca. Prepara la goma seca de la manera siguiente:
Varios ingredientes optativos procederán directamente de tu cocina:
La pasta obtenida puede utilizarse inmediatamente. También puedes trasladarla a pequeños recipientes con tapa hermética, y utilizarlos luego como la acuarela clásica.
La dosis de goma arábiga depende de la naturaleza de los pigmentos y del resultado que quieras obtener. Cuando mayor sea la proporción, más brillante será el color. En cambio, una pintura con demasiada goma tenderá a resquebrajarse.
Los pigmentos orgánicos son más difíciles de humedecer: añade eventualmente algunas gotas de hiel de buey, un agente mojante.
Para preparar grandes cantidades de pintura, utiliza un mortero y una maja.
En el siglo XVI, Albrecht Dürer se impuso como uno de los primeros maestros europeos de la acuarela, pero los orígenes de este medio se confunden con los de la expresión artística. Las primeras pinturas rupestres ya hacían uso de una mezcla de pigmento natural (ocre o negro) y de un ligante... por ejemplo, la saliva. En la Antigüedad, las paredes de las pirámides se adornaban con frescos de acuarela. En China, su invención es contemporánea a la del papel, unos 2 000 años antes de nuestra era.