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Acuarela : Hacer un retrato

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Nvel : Intermedio  / Tiempo de realización : 2 h 

Auteur : Mathias Braun. 

Algunas sencillas recetas pueden ayudarte a expresar un rostro con acuarela: trabajar en un gran formato, jugar con las zonas blancas, por ejemplo. Tu reto: aprender a respetar las proporciones, ya que tenderás (por lo menos al principio) a ampliar ciertos elementos (los ojos o la boca) y a reducir otros (orejas, cuello, frente, cabello). Por último, para plasmar lo mejor posible la personalidad del modelo, procura representarlo hasta los hombros: así estudiarás la manera con la que la cabeza se inserta en ellos, y le podrás aportar una actitud, o una expresión familiar.

Material

  • Papel: Canson® Montval® 200 g/m2 - grano fino.
  • Colores: Rembrandt® acuarela en pastillas amarillo primario, rojo, violeta, azul ultramar, verde esmeralda, tierra de Siena quemada.
  • Lápices y pinceles: 1 lápiz medio (HB) con mucha punta o 1 portaminas fino (0,5 mm), 1 pincel de lavis, 1 pincel redondo de punta mediano (pequeño gris), 1 pincel redondo de punta fino (marta) para los acabados.

Etapa 1

Realizar un esbozo rápido del tema.

Con el lápiz (tiene que tener mucha punta para que el trazo sea lo más preciso y ligero posible), realiza un boceto de los contornos del rostro y luego del cuello y los hombros. Inserta los elementos de parecido: ojos, nariz y boca. Termina con las orejas y el cabello. No dudes en borrar si cometes algún error.

¡Cuidado!: evita precisar demasiado los detalles (pestañas, cejas, pupila, iris, etc.) ya que los tratarás con la acuarela de color.

Etapa 2

Aplica un lavis para aportar al rostro tonalidad y volumen.

Prepara una buena cantidad de lavis (lo utilizarás más tarde): amarillo primario y un poco más de rojo (obtendrás un naranja claro). Diluye ampliamente antes de aplicar el color. 

Coloca el color en las zonas donde el rostro está en las sombra. Deja partes en blanco en las zonas iluminadas.

Tus gestos modelan el rostro y le aportan la expresión: evita rellenarlo. Aplica mejor el color por tramos distintos, sin dudar en salirte de los contornos en lápiz.

Etapa 3

Marcar las sombras y las zonas más oscuras.

Reutiliza la mezcla anterior, aplícala con el pincel de lavis, pero diluyéndola menos: los colores tienen que ser más densos.

Coloca las sombras del rostro, la sombra de la nariz, y trata el cabello. Deja zonas sin pintar en los lugares donde se refleja la luz.

Truco: suaviza el contorno de las sombras para darles más realismo. Nada más aplicar el color, pasa el pincel limpio pero aún húmedo sobre los bordes de la zona en cuestión.

Etapa 4

Afinar los detalles del rostro.

Prepara un lavis mezclando rojo con una pizca de violeta. Trabaja con el pincel redondo de punta mediano procurando, una vez más, no delimitar demasiado el boceto.

1) La boca : aplica pinceladas más o menos diluidas en función de la reflexión de la luz. Para dar una impresión de brillo, deja una zona sin pintar en el centro del labio inferior.

2) Los ojos: utiliza el mismo lavis, diluyéndolo un poco más. Coloca el color, intentando siempre no cerrar las formas, ya que dejar pequeñas zonas sin pintar contribuye a la creación de volumen. Estas últimas corresponden a las zonas en relieve donde la luz se refleja más.

Etapa 5

Reforzar la masa del cabello.

Preparar un lavis grueso de amarillo puro. Aplícalo en el cabello con un gesto firme, utilizando el pincel de lavis: no temas salirte de los contornos, se trata de una masa general que precisarás más tarde. Aplica rápidamente las cejas de la misma manera. Procura dejar zonas del color anterior visibles.

Etapa 6

Tratar los detalles de la cabellera.

Prepara un lavis a base de rojo, violeta y un toque de azul ultramar (reforzará el conjunto). El color obtenido tiene que ser denso. Trabaja con pequeñas pinceladas utilizando el pincel de lavis.

Utiliza el pincel redondo de punta fino para las zonas de precisión: mechas de pelo, cejas.

Etapa 7

Tratar el jersey y los ojos.

Prepara una mezcla de verde esmeralda y azul ultramar (una tonalidad complementaria a la utilizada para tratar la piel: de ahí el contraste bastante fuerte).

1) El jersey : aplica rápidamente el color diluido.

2) Los ojos: aplica el mismo color con el pincel redondo mediano. ¡Cuidado!: deja una zona sin pintar en el ojo para expresar el reflejo de la luz. Este reflejo aportará un poco de chispa y de vida al retrato, por eso hay que tratarlo con cuidado.

3) El jersey: coloca rápidamente las sombras para aportar volumen. Aplica el mismo color con el pincel de lavis, diluyéndolo menos. 

 

Etapa 8

Perfeccionar la mirada cuidadosamente.

Trabaja con el pincel redondo de punta fino.

1) El iris: con lo que queda de la mezcla utilizada para crear las sombras del jersey, traza los contornos del iris y su parte superior (ya que las pestañas proyectan su sombra en ella). Procura dejar zonas sin pintar.

2) Las pestañas y la pupila: prepara una mezcla muy poco diluida compuesta de violeta, una pizca de tierra de Siena y una pizca de azul. Este tono violáceo muy intenso evitará que recargues la tonalidad del conjunto (contrariamente al negro).

Trata ligeramente la pupila, dejando la zona sin pintar. Para las pestañas: empieza por el párpado y dibújalas con un gesto rápido. Obtendrás un trazo que se va afinando.

Etapa 9

Reforzar las sombras y las partes oscuras.

Para ello, más vale utilizar un color franco y poco diluido que un tono oscuro: prepara una mezcla de rojo puro y violeta (una pizca).

Realza, con el pincel redondo de punta fino, las sombras que no están bastante marcadas aplicando un trazo ligero de pintura: comisura de los labios, base de la barbilla, huecos de la nariz, oreja, patas de gallo, etc.

Truco

Al final del trabajo, siempre podrás volver a trabajar las sombras para equilibrar el conjunto: la base de la barbilla, la sombra del mechón de pelo sobre la frente, etc. Para ello, basta utilizar el mismo lavis que en la etapa 9 con el pincel redondo de punta, diluyéndolo generosamente.