Follaje denso, playa de cantos, reflejos sobre el agua... Para representar superficies complejas, la proyección es una técnica sencilla y eficaz a la vez.
Follaje denso, playa de cantos, reflejos sobre el agua... Para representar superficies complejas, la proyección es una técnica sencilla y eficaz a la vez.
La técnica consiste en pulverizar la pintura en seco sobre el papel utilizando un cepillo de dientes o un pincel.
Proyecciones finas: moja una brocha de pelos rígidos en la pintura y sacúdela para retirar el exceso. Colócala cerca de la zona que quieres salpicar, pasa el dedo por los pelos y suéltalos suavemente para obtener una lluvia ligera.
Proyecciones gruesas: moja un pincel brocha 1 o 2 cm en la pintura, y sujétalo cerca de la zona que quieres cubrir. Levanta los pelos con el dedo y suéltalos bruscamente.
Realiza las proyecciones primero con un color, deja secar antes de proyectar el segundo color. Truco para acelerar el secado: utiliza un secador de pelo.
El pequeño plus: para un mejor resultado, opta por un claroscuro de colores.
Estas producen manchas muy claras, ideales para representar un paisaje de nieve o los destellos del sol en el agua.