Debido a la consistencia espesa y grasa del aceite, y a su largo tiempo de secado, la pintura al óleo requiere un mayor dominio que las técnicas a base de agua. Es necesario prepararse para dar a los colores fluidez, luminosidad y resistencia.
Debido a la consistencia espesa y grasa del aceite, y a su largo tiempo de secado, la pintura al óleo requiere un mayor dominio que las técnicas a base de agua. Es necesario prepararse para dar a los colores fluidez, luminosidad y resistencia.
El fondo tiene que estar bien preparado, ya que va a recibir numerosas capas de color. Esta primera capa tiene que ser fina y estar bien diluida para ofrecer la mejor adherencia y revelar la luminosidad de los colores que la recubrirán. Dos opciones:
Para que la pintura se seque sin resquebrajarse, y que los colores queden luminosos, la regla de oro es pintar graso sobre magro: cada capa superpuesta tiene que ser ligeramente más grasa que la anterior. Por ello, las primeras tienen que ser más pobres en aceite y las siguientes cada vez más ricas.
Observarás que la pintura cambia de consistencia y se extiende mucho más fácilmente en el soporte.
Puedes introducir un medio en la pintura en el momento de aplicar un color mezclado, pero no en el momento de la elaboración de la mezcla.