¡Pintar con los dedos no es un juego de niños! Para realizar su famoso sfumato, Leonardo da Vinci no dudó en utilizar los suyos. A tu vez, iníciate en esta técnica tan sensual como sutil.
¡Pintar con los dedos no es un juego de niños! Para realizar su famoso sfumato, Leonardo da Vinci no dudó en utilizar los suyos. A tu vez, iníciate en esta técnica tan sensual como sutil.
El dedo es, sin lugar a dudas, el instrumento más manejable para el pintor. Su sensibilidad le permite controlar la realización de los efectos más sutiles (suavizar contornos, resaltos) así como el grosor de los colores.
Carga la punta del dedo de color y aplícalo sobre el soporte como habrías hecho con un pincel. ¡Cosa de niños!
¿Qué ventajas tiene?
Realiza un fundido...
Esta técnica consiste en asociar los colores unos con otros, sin que se perciban los límites entre ellos. Es lo que sucede en un difuminado.
... y un frotis con el dedo
Es una fina capa de color irregular que se aplica sobre una capa existente. Una técnica perfecta para representar el aspecto mullido de las nubes.
¡Cuidado! Algunos pigmentos son tóxicos: procura lavarte cuidadosamente las manos tras cada sesión o protege tus dedos con un pedazo de tejido.