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Pintar al óleo con el dedo

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¡Pintar con los dedos no es un juego de niños! Para realizar su famoso sfumato, Leonardo da Vinci no dudó en utilizar los suyos. A tu vez, iníciate en esta técnica tan sensual como sutil.

Algunos conocimientos

El dedo es, sin lugar a dudas, el instrumento más manejable para el pintor. Su sensibilidad le permite controlar la realización de los efectos más sutiles (suavizar contornos, resaltos) así como el grosor de los colores.

1. Aplicar el color

Carga la punta del dedo de color y aplícalo sobre el soporte como habrías hecho con un pincel. ¡Cosa de niños!

¿Qué ventajas tiene?

  • Poco diluida, la pintura penetra mejor en la trama de la tela. Por lo tanto, no dudes en realizar los fondos planos con el dedo.
  • El dedo es el instrumento ideal para realizar formas suaves y redondas. Muy interesante para los retratos o los personajes.

2. Trabajar el color

Realiza un fundido...

Esta técnica consiste en asociar los colores unos con otros, sin que se perciban los límites entre ellos. Es lo que sucede en un difuminado.

  • Con un pincel, aplica los colores (tonos bastante parecidos) sobre el soporte.
  • Efectúa con el dedo un suave movimiento de zigzag en la zona donde se juntan los colores. Éstos se mezclarán en un difuminado perfecto
     

... y un frotis con el dedo

Es una fina capa de color irregular que se aplica sobre una capa existente. Una técnica perfecta para representar el aspecto mullido de las nubes.

  • Cuando la capa previa esté seca, frota delicadamente un poco de color con el dedo.

¡Cuidado! Algunos pigmentos son tóxicos: procura lavarte cuidadosamente las manos tras cada sesión o protege tus dedos con un pedazo de tejido.