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Limpiar y cuidar el material para la pintura al óleo

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El material para la pintura al óleo son objetos delicados. Tras cada utilización, es indispensable proceder a una limpieza completa y minuciosa.

1. Los colores

Los colores al óleo se conservan bien... con la condición de que se respeten algunas reglas muy sencillas.

  • Durante el trabajo: aprieta el tubo de pintura por el extremo, y no detrás de la rosca.
  • Después del trabajo: seca la rosca con un paño antes de enroscar el tapón en el tubo para evitar que se pegue. Si se queda pegado: mete el tubo en agua caliente o encima de una fuente de calor (como un radiador) hasta que puedas desenroscarlo sin forzar.

Enrolla la parte vacía del tubo. En una sola ojeada, podrás saber la cantidad de pintura que te queda.

Recuerda

Guarda los colores en una caja de pintura de madera o metal de manera ordenada. Por tonos, de colores cálidos a colores fríos... no hay regla fija, lo importante es que no tengas que hurgar durante horas cada vez que busques un color.

2. Los pinceles

Tienes que limpiarlos cuidadosamente tras cada sesión de trabajo: es la regla de oro para conservarlos en buen estado durante mucho tiempo.

Un pincel limpio en 5 etapas:

  • Primero retira el exceso de pintura del haz utilizando un pedazo de papel (por ejemplo, una hoja de periódico) o un paño, desde la virola hasta el extremos del pelo.
  • Aclara el haz con aguarrás y luego sécala con un paño.
  • Dado que el aguarrás es corrosivo, lava otra vez el haz del pincel en la palma de la mano con jabón y agua tibia hasta que en el agua jabonosa no queden restos de pintura.
  • Alisa delicadamente el mechón entre el pulgar y el índice para colocar todos los pelos en su sitio.
  • Deja secar el pincel en posición plana, sobre un papel absorbente o una toalla. Una vez seco, guárdalo en un bote de pinceles, con el haz orientado hacia arriba.

Recuerda

Aunque la esencia de trementina es el mejor disolvente, también es muy caro y particularmente irritante para la piel y las mucosas. Puedes sustituirla por aguarrás. También existen toallitas impregnadas de disolvente, útiles para limpiar el material sin agredir las manos.

3. Los cuchillos y espátulas

No dejes secar los residuos de pintura: luego podría ser imposible eliminarlos y perderías la superficie lisa necesaria para el trabajo con cuchillo o espátula.

Frota con un paño de algodón impregnado de aguarrás.

4. La paleta

Justo después de la sesión de trabajo, retira el exceso de pintura con una espátula o un cuchillo de paleta. Puedes conservarlos, cada uno en un recipiente cerrado, y reciclarlos para las sesiones siguientes: por ejemplo, para preparar el fondo de color.

  • Elimina los restos de pintura con un algodón impregnado en aguarrás.
  • Una vez limpia la paleta, aplica un poco de aceite de lino para nutrir la madera: así conservará su aspecto brillante y su superficie lisa.

Truco: ¡tira las paletas a la basura!

¿La limpieza te disgusta? ¡Piensa en las paletas desechables! Éstas están constituidas de hojas de papel especialmente preparadas para la mezcla de colores y de un soporte de cartón muy rígido para tu comodidad.

5. Los diluyentes

Es inútil tirar la esencia de trementina o el aguarrás utilizados durante la sesión: ¡recíclalos!

  • Vierte el contenido de los recipientes de diluyentes en un bote.
  • Filtra el contenido (por ejemplo, con un filtro de café). Vuelve a hacerlo hasta que el depósito de pintura sea mínimo: el diluyente está otra vez listo para su uso.
  • ¿El diluyente está saturado de pintura? ¡No lo tires por la pila! Consérvalo en un bidón y llévalo a un taller que disponga de un pozo destinado a este tipo de producto. ¡Un gesto sencillo para proteger el medio ambiente!

6. Guardar el material

La pintura al óleo implica tener una gran cantidad de material, a veces caro. Por lo tanto, es importante conservarlo en buen estado el mayor tiempo posible. Reúne el material en un solo lugar, así estará más accesible en el momento de comenzar la sesión de trabajo.

  • Pinturas, medios, diluyentes y barnices: consérvalos a temperatura ambiente (de 15 a 25 °C). Evita almacenarlos en un garaje, una cabaña de jardín o cualquier otro lugar demasiado expuesto al frío ya que, con las bajas temperaturas, la pintura se hace más espesa y los demás productos se vuelven mates.
  • Tus obras tienen que secarse en un lugar protegido y sin polvo, ni demasiado frío ni demasiado húmedo (entre 15 y 25 ºC).