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Fundir y degradar los pasteles secos

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Con el pastel, los tonos no se preparan por adelantado en una paleta. Para crear un verde a partir del amarillo y el azul, por ejemplo, tendrás que fundir los dos colores primarios juntos, directamente en la obra.

 

Algunos conocimientos

La fusión de los colores se suele realizar con el dedo. El difuminador está reservado para las superficies pequeñas.

Al variar las dosis de los dos tonos, podrás, del mismo modo, realizar sutiles gradaciones.

1. Fundir dos colores

Extienda el primer tono en plano o trazando rayas anchas y no demasiado juntas.

A continuación, superpón el segundo color de la misma manera.

Trabaja con el dedo, con movimientos circulares: los pigmentos se mezclan para componer un tono intermedio.

El pequeño plus

Para optimizar tus posibilidades de obtener el matiz deseado, practica en un papel suplementario del mismo color y de grano idéntico.

2. Realizar una gradación bicolor

Aplica la primera capa de color trazando rayas de izquierda a derecha. Acentúa progresivamente la densidad del pastel, por ejemplo acercando las rayas.
 

Extiende el segundo color en la dirección opuesta: deposita la menor cantidad de pigmentos allí donde el primer tono es más fuerte.
 

Fusiona los dos colores con la yema de los dedos, trabajando siempre en el mismo sentido: ¡nunca vuelvas atrás! El resultado depende del sentido en el que fundas los colores. Del claro al oscuro: obtendrás una gradación más luminosa; del oscuro al claro: la tonalidad general se oscurece.

Un truco

Por supuesto, cabe la posibilidad de degradar solo un color. Para ello, basta aumentar la presión en la barrita a medida que avanzas en la hoja, de izquierda a derecha. También puedes efectuar la operación inversa: empezar apretando fuerte la barrita y soltar poco a poco la presión.