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Dibujar en color con pasteles

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El pastel ¿un juego de niños? No exactamente... ya que requiere, ante todo, un buen dominio del dibujo. Además, la fragilidad de los pigmentos y la opacidad de los colores, que hace más complejas las correcciones, imponen algunas precauciones.

1. Dominar el dibujo: cuestión de práctica

Muy cercano al dibujo, el pastel permite realizar trazos precisos, correspondiendo cada marca dejada a un gesto del artista. Sin embargo, los pigmentos son difíciles de borrar: por lo tanto, más vale trabajar con un gesto seguro.

  • ¿No te sientes completamente cómodo? Practica con la mayor frecuencia posible realizando croquis con pastel, lápiz o carboncillo. Observa con atención los matices de tonos: éstos son los que crean los volúmenes y perspectivas.
  • Trabaja por etapas: esboza las formas principales del tema y luego añade los detalles.

2. Dominar los colores: utiliza bien el fijante

El pastel es inestable y volátil. Para que los pigmentos se adhieran al soporte (en el boceto de preparación, un trazo o zona plana), sólo hay una solución: vaporiza fijante. Una vez aplicado este producto, ya no podrás difuminar los colores.

  • Aplícalo con rapidez y ligereza.
  • No abuses de él: tiende a ensombrecer los colores.
  • No lo apliques tras la última capa: así los colores conservarán su vivacidad y su aspecto aterciopelado.

3. Corregir los errores: ¡cuidado con los restos!

Algunos trucos para atenuar los errores, al no poder borrarlos completamente:

  • Limpia la zona a corregir con un paño limpio, en una sola dirección y sin apretar para no estropear el papel. El tono se verá ampliamente atenuado, y entonces podrás volverlo a trabajar.
  • En una superficie de color más extensa: antes de pasar el paño, sopla los pigmentos manteniendo el papel vertical y ligeramente inclinado hacia delante.
  • Para retocar un detalle: utiliza una goma miga de pan modelada en forma de punta.