¿Cómo obtener un resultado profesional, digno de los grandes mangakas? ¡Nada como un entintado con pluma! Precisión y agilidad son las palabras clave de esta técnica que, con un poco d’entrenamiento, sabrás dominar a la perfección.
¿Cómo obtener un resultado profesional, digno de los grandes mangakas? ¡Nada como un entintado con pluma! Precisión y agilidad son las palabras clave de esta técnica que, con un poco d’entrenamiento, sabrás dominar a la perfección.
Ya has dibujado con el lápiz los personajes y decorados: ahora tienes que repasar los contornos con tinta y añadir los efectos (líneas de velocidad o de enfoque, tramas, etc.). La ventaja de la pluma: líneas finas, precisas y dinámicas....¡justo lo que necesitas!
El trazo con pluma tiene que ser vivo y enérgico: realiza los motivos con un gesto ágil y vivo, sin dudar.
Para ganar en firmeza, lo mejor es practicar con regularidad.
Para sentirte cómodo ¡entrénate!
Empieza trazando líneas sin finalidad precisa para familiarizarte con las sensaciones de la pluma sobre el papel.
Traza líneas finas, y luego cada vez más gruesas, aumentando la presión, para saber hasta donde puedes llegar sin salpicar o arañar el papel.
Traza líneas rectas y curvas para ablandar la pluma (y entrenar tu mano).
Has repasado todos los contornos con la pluma: ahora tienes que borrar las líneas de lápiz y añadir, con la pluma, los detalles que se te han olvidado. Una etapa delicada que requiere tiempo y atención.
Comprueba que la tinta esté bien seca aplicando una hoja de papel absorbente o secante sobre el dibujo: si la hoja se ensucia, espera un poco más.
Utiliza una goma de plástico, fácil de sujetar, que borre bien sin que tengas que apretar.
Limpia la superficie de todas las migas de goma.
Con pluma (y con tinta…): añade los detalles que faltan, da cuerpo a los personajes y al decorado.
Incluso los profesionales cometen errores al entintar con pluma... lo importante es saber borrarlos u ocultarlos.
Para los detalles o las líneas, utiliza un corrector blanco en lápiz.
El pequeño plus: empieza apretándolo sobre una hoja de papel para evacuar el eventual tapón y y calibrar la presión necesaria.
Si la superficie a corregir es grande (por ejemplo, una mancha de tinta), utiliza un corrector blanco con pincel.
¿Demasiado corrector blanco? Utiliza la hoja del cúter horizontalmente y rasca el exceso de corrector hasta que la zona corregida pase desapercibida.