Esta ficha te llevará a descubrir a Rafael, pintor y arquitecto italiano del Renacimiento.
Tus alumnos estudiarán las técnicas del autorretrato que utilizaba el artista y experimentarán a continuación sus inspiraciones personales.
Los objetivos pedagógicos
El Cinquecento italiano, o el inicio del siglo XVI francés, representa sin duda el apogeo del Renacimiento en términos artísticos. Por ejemplo, en 20 años la ciudad de Florencia vio desfilar a artistas con tanto talento como Leonardo da Vinci, Rafael o Miguel Ángel. Tras haber dado sus primeros pasos en la pintura en Perusa junto a un maestro llamado Pietro Vanucci, más conocido como Perugino, Rafael llegó a Florencia con 21 años. Tanto Leonardo da Vinci como Miguel Ángel le acogerán para que perfeccione su aprendizaje. Cuatro años después se fue a Roma, y más concretamente al Vaticano, donde se encargó de decorar las estancias. Establecido durante un tiempo de intensa actividad, el Papa le eligió para que trabajase en la obra de la basílica de San Pedro de Roma. Rafael tenía una salud frágil y, afectado por la malaria y unas fiebres intensas, murió con 37 años cuando acababa de terminar el cuadro que sigue siendo sin duda su obra maestra más bella: la Transfiguración, una obra monumental que simboliza toda su carrera como pintor. Como homenaje al gran pintor que fue, Rafael recibió unos funerales suntuosos antes de ser enterrado en el Panteón de Roma.
El Renacimiento. Raffaello Sanzio (Rafael) fue un pintor y arquitecto italiano. 1483 - 1520
1. En cuanto a la forma
El Autorretrato de Rafael es una pintura al óleo sobre madera de 47,5 x 33 cm.
Fue pintado entre 1504 y 1506 y hoy en día se puede admirar en la Galería de los Uffizi de Florencia.
Hoy en día se considera que se trata de un autorretrato de Rafael, representado en medio busto y con ropas y
sombrero de color oscuro.
2. En cuanto a la técnica
Un poco de la dulzura de los modelos de Perugino, un toca del modelo corporal de Miguel Ángel, una
traza del sfumato de Da Vinci para desdibujar los contornos... Imitar a sus colegas quedándose solo con
lo que le es útil: ese era el lema que Rafael aplicó en todas sus obras.
Para Rafael también era una cuestión de honor utilizar por igual el dibujo y el color, y
siempre buscó la precisión en el punto de fuga, el origen de la perspectiva.
Todo su estilo, controlado, gracioso y armonioso, ha influido enormemente en la pintura occidental del
siglo XIX.
3. En cuanto al significado
Como la mayor parte de sus obras pictóricas, el Autorretrato de Rafael es considerada como una búsqueda de la belleza perfecta. Se trata de una auténtica oda a la juventud y a todo lo que puede tener de serenidad e intensidad.
Como en sus célebres Madonas, Rafael destila en su Autorretrato notas de simplicidad, dulzura, seriedad y equilibrio, que hacen que se trate de una auténtica obra de arte.
4. En cuanto al uso
Aunque no aparecía con frecuencia en sus cuadros, Rafael poseía una rara belleza que contribuyó a su renombre.
Además, su Autorretrato pasó de mano en mano y adquirió un valor del todo simbólico al figurar en los billetes de 500.000 liras hasta el año 2002, cuando se adoptó el euro.
De la iniciativa a la realización
Para cualquier artista, el retrato no es nunca un ejercicio fácil, sobre todo cuando se trata de representarse a si mismos. Y esta es la actividad que proponemos, en una versión evidentemente simplificada, y que sin embargo permitirá que los alumnos pongan en práctica la técnica del autorretrato.
Objetivos
Modo de trabajo
Fotocopia en blanco y negro las fotos de carné que los alumnos presentaron a principios de curso y auméntalas al menos a cuatro veces su tamaño original.
Cuando hayas repartido a cada niño la fotocopia de su retrato, pídele que calque su rostro con un papel de calco y un lápiz, y que después lo coloree con rotulador. Cuando hayanterminado el dibujo, haz que lo pegue sobre una hoja en blanco y que escriba su nombre debajo. ¡Podrás colgar su obra encima de su perchero para que encuentre fácilmente su sitio!
Material necesario
Objetivos
Modo de trabajo
Fotocopia en blanco y negro las fotos de carné que los alumnos presentaron a principios de curso y auméntalas al menos a cuatro veces su tamaño original.
Distribuye las fotocopias entre tus alumnos y pídeles que recorten su retrato por la mitad. Propónles que peguen una mitad de la cara en una hoja en blanco y que completen el retrato a lápiz. Cuando hayan trazado el contorno de la cara, el ojo, las orejas, la boca y la nariz, diles que pinten o coloreen ambas mitades y que pongan color a su autorretrato.
También pueden hacer su autorretrato en casa, observándose delante de un espejo. Es la técnica que utilizaban los pintores del Renacimiento para representarse, lo cual explica que el personaje del cuadro siempre nos mire a los ojos.
Material necesario
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