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Restauración : Nociones básicas

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Aunque a veces no tenga más que un valor afectivo, una obra antigua requiere cuidados periódicos para conservar su integridad. Un "medicina" siempre suave, que se basa ante todo en la exactitud del diagnóstico.

1. Una amplia gama de cuidados

Tanto si quieres devolverle a una obra antigua el lustro pasado, o sencillamente reparar un golpe accidental sufrido por una de tus últimas creaciones, a menudo te verás obligado a recurrir a las técnicas de restauración.

Todo es posible, o casi: sustituir los hilos de una tela, blanquear un grabado, suprimir un barniz... e incluso, en casos extremos, transferir una capa pictórica a un nuevo soporte. Un consejo: no seas demasiado invasivo, reduce tus intervenciones al mínimo necesario. Para ello, utiliza materiales de restauración reversibles (efectúa los retoques con acuarelas, por ejemplo).

No dudes nunca en recurrir a la pericia de un profesional: sin información, la restauración puede rimar desgraciadamente con agravación.

Recordatorio: ¿Cuando consultar a un profesional?

-Si la obra ha sido transferida a una nueva tela.

-Cuando una tela reacciona al agua.

-Cuando la capa pictórica se adhiriere mal al soporte.

-Para validar tu diagnóstico y tu plan de ataque.

2. Un estudio indispensable

Todo trabajo de restauración empieza por un examen cuidadoso de las características de la obra. Multiplica la observación, las fotos y las pruebas, con el fin de evitar las malas sorpresas.

 

Alterna tres tipos de iluminación

- Luz frontal: colócate frente a la obra, con luz natural, y fotografía los colores, y también los detalles que te parezcan importantes.

- Luz rasante: una iluminación oblicua realza los relieves (la "mano" del pintor, volúmenes sospechosos o restos de antiguos desgarros).

- Luz transmitida: una lámpara colocada detrás de la obra revela los agujeros, incluso minúsculos, y también las fragilidades de una tela.

     

    Identifica las telas que reaccionan al agua

    Toma un hilo horizontal de un borde y otro vertical, y colócalos en plano en un recipiente. Vierte un poco de agua: si reaccionan, se mueven, se hinchan o incluso de alargan, tendrás que renunciar a toda intervención que requiera una humidificación.

     

    Anticípate a los resultados

    Antes de toda operación que implique la utilización de un disolvente o de agua, prueba la resistencia de los colores. Antes de desengrasar un barniz, comprueba su presencia utilizando una lámpara de UV. No hagas nada antes de haber validado previamente tu modus operandi

    Una idea sobre: el facing

    El facing, o cartonaje, consiste en recubrir la capa pictórica con un papel pegado provisionalmente. Este método permite transportar más fácilmente una obra dañada e intervenir en su cara visible sin deteriorarla.