Para mezclar estas dos técnicas, empieza pintando tu soporte con acuarela. En este caso, se aplicó una capa uniforme de tierra de Siena. Con cinta adhesiva reposicionable, se delimitó una superficie uniforme y bien definida: así se obtiene el fondo.

Una vez seco, podrás aplicar la sanguina sin dificultad y continuar tu dibujo.

En este ejemplo se ha elegido una vista de Venecia. El encanto del dibujo reside en dos factores: el fondo y el resultado gráfico.

Truco: el fondo coloreado aporta un tono general al dibujo y crea una atmósfera clásica y suave. Si aplicas demasiadas sombras con la sanguina, el resultado puede sobrecargarse.

El uso de dos tonos cercanos (sanguina roja y tierra de Siena) da coherencia cromática al conjunto y evita combinaciones desafortunadas.

Ahora te toca a ti: experimenta, mezcla pigmentos de acuarela para crear cielos llenos de color y añade después la sanguina o incluso carboncillo para dibujar, por ejemplo, un faro, un paisaje o un barco.
 

El truco extra: utilizar un fondo oscuro de acuarela te permitirá dibujar con lápiz blanco, como si trabajaras en negativo. Usa un lápiz pastel y prueba antes su opacidad y tono: algunos son menos cubrientes o presentan diferentes matices de blanco.

La forma en que sujetas el lápiz y la presión que ejerces también influirán en el resultado: usa el lateral de la mina para cubrir zonas amplias y la punta para los trazos precisos. Este efecto de relieve aportará originalidad y dinamismo a tus dibujos.

Consejo Canson®:
Para combinar acuarela con un medio seco, te recomendamos un papel Mixed Media. Estos papeles soportan tanto técnicas húmedas (acuarela, acrílico, tinta) como secas (sanguina, pastel, carboncillo...).

El papel Canson® Mixed Media Artist, que contiene algodón, es ideal para este tipo de creación.