El dibujo técnico es un trabajo a mano alzada que requiere bastante práctica. Aunque se pueden multiplicar los bocetos, en el momento de pasar al acto tendrás que dominar los distintos trazados y sus posibilidades de enriquecimiento.
El dibujo técnico es un trabajo a mano alzada que requiere bastante práctica. Aunque se pueden multiplicar los bocetos, en el momento de pasar al acto tendrás que dominar los distintos trazados y sus posibilidades de enriquecimiento.
Aunque los decímetros y otras escuadras te faciliten la tarea, tendrás que saber trazar líneas rectas, horizontales, verticales u oblicuas sin desplazar la hoja de papel.
Entrénate hasta que los gestos se vuelvan automáticos, eventualmente con papel de calco superpuesto a una hoja cuadriculada. Del mismo modo, aprende a trazar elipses a mano alzada: todos los volúmenes y curvas las necesitan.
Como diseñador, tu misión es plasmar cualquier idea en imágenes, o al menos en forma... Más allá de la concepción del objeto, tendrás que presentarlo de modo que todos puedan leer sus volúmenes. Primordial, el proyecto permite trabajar desde distintos ángulos de visión.
Las formas más complejas suelen poder descomponerse en objetos geométricos básicos: cubo, pirámide, cilindro, cono o incluso esfera. Todos pueden realizarse partiendo de líneas y elipses, con volumen y en perspectiva.
Un consejo: para empezar, entrénate utilizando un cubo, es la mejor manera de crear proporciones fieles. Traza las líneas directrices de un cubo (de arista cuadrada o rectangular) e intenta dibujar el tema dentro del él, como si se encontrase en una caja.
Los contrastes entre las zonas sombrías e iluminadas entre las partes son las que mejor plasman un volumen. Un trabajo tanto más delicado en cuanto que una obra realista se basa en la combinación de tres tipos de efectos luminosos:
Refuerza la presencia del objeto integrando su sombra, sin olvidar situarla en la parte opuesta de la fuente luminosa.