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Utilizar los lápices acuarelables

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Los lápices de acuarela (o acuarelables) son como lápices de colores normales pero, al diluirlos con agua, permiten realizar un gran número de efectos pictóricos.

En una obra pintada con acuarela, son perfectos para tratar los detalles: destellos y reflejos del agua, juegos de luces y sombras, follajes, etc. También se pueden utilizar solos para el trabajo al aire libre: croquis en vivo o ilustración de un cuaderno de viaje.

Algunos conocimientos

• Se recomienda utilizar minas blandas para los lavis, y minas duras para tratar los detalles y las líneas.

• Para empezar, basta con algunos tonos básicos. Da prioridad a las minas blandas, que se diluyen con mayor facilidad.

• Para entrenarte, utiliza las técnicas siguientes en una misma hoja de papel de acuarela: así podrás comparar las texturas.

 

  • Realizar un lavis

Raya una pequeña zona del papel con el lápiz acuarelable. Luego humedécela con el pincel: cuanto más enérgico sea tu gesto, más desaparecerán los trazos del lápiz y obtendrás una zona de color homogénea.

 

  • Dibujar sobre un lavis

Aplica sobre el papel un lavis del color que elijas. Luego haz un garabato sobre la superficie todavía húmeda con un lápiz acuarelable: utiliza preferentemente tonos parecidos. La intensidad del lavis se ve reforzada.

 

  • Difuminar los trazos

Sumerge la punta del lápiz acuarelable en un bote con agua del grifo, y luego raya enseguida una esquina del papel: obtendrás un trazo ligeramente borroso.

 

  • Crear texturas sobre papel mojado

Humedece el papel con el pincel y luego haz inmediatamente un garabato con lápiz acuarelable. Trabaja alternando la presión ejercida sobre el lápiz: obtendrás un efecto más o menos borroso, ligeramente deslavado, pero de un color particularmente intenso.

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