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Secreto de fabricación: El pastel graso

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Estas barritas redondas de consistencia blanda en la mano y cremosa sobre el papel son perfectas para los artistas incipientes. Viaje en el tiempo y hasta el otro lado del mundo para descubrir los orígenes del pastel graso.

1. Erase una vez en Japón...

A principios de los años 1920, en Japón, un maestro, Kanae Yamamoto, inventó las barritas de colores destinadas a los trabajos manuales de sus pequeños alumnos. para ello, añadió cera a los pigmentos puros utilizados en la fabricación de los pasteles secos. Estos papeles no compuestos por polvo ofrecen un resultado muy luminoso y se adaptan perfectamente a las manos pequeñas de los niños.

En 1924, Kanae Yamamoto perfecciona su receta para hacer los pasteles más viscosos y, por lo tanto, más cubrientes en el papel. Para ello, trabaja con el aglutinante: una sabia mezcla de parafina, ácido esteárico y aceite de coco. ¡Y así nacieron los pasteles grasos modernos! Poco tiempo después, el fabricante japonés Sakura inició su comercialización.

2. Un pedido de Picasso

Los pasteles grasos conocieron un verdadero éxito en el país del sol naciente... Un éxito tan enorme que llegó hasta los oídos de un cierto Pablo Picasso. Él mismo utiliza las ceras de colores, pero no está completamente satisfecho. Por eso, llama a un gran fabricante de colores parisino, al que hace un pedido de pasteles al óleo a medida, de alta calidad. Dicho y hecho: en 1947 se produce la primera gama de pasteles al óleo.

Estos pasteles se fabrican a base de cera y aceites inertes. Una mezcla de aglutinantes que les confiere una increíble adherencia a la mayoría de soportes y evita el resquebrajamiento de las capas de colores. Conquistaron a Picasso… ¡y a muchos más después de él!

Producto aconsejado:
Figueras®