Una gran capacidad de absorción de agua, un bonito color blanco, una textura de grano más o menos fino... estas son las características principales del papel de acuarela. ¿Pero sabes cómo se obtienen? Descifremos.
Una gran capacidad de absorción de agua, un bonito color blanco, una textura de grano más o menos fino... estas son las características principales del papel de acuarela. ¿Pero sabes cómo se obtienen? Descifremos.
El papel de acuarela se fabrica a partir de fibras naturales, principalmente de algodón. Así, se utilizan las flores de algodón (o borra) debido a la finura y a la longitud de sus fibras. Estas características confieren al papel:
Última ventaja del algodón: ¡es de un blanco inmaculado! La blancura del papel es natural, obtenida sin blanqueadores ópticos. ¿Qué ventaja tiene? Las obras no amarillearán, permanecerán frescas, incluso años después de su realización (mientras que el poder anti-amarilleo de los blanqueantes ópticos disminuye con el tiempo). Ideal para los temas tratados con aperturas.
La máquina de forma redonda puede hacernos pensar en una máquina del tiempo. Primero, porque garantiza una calidad próxima a la de los papeles hechos a mano, procedimiento de fabricación original. Luego, porque su estructura es sencillamente sorprendente: unas correas largas accionan un enorme cilindro (la famosa forma redonda). Es en éste último donde se forman las hojas, aportando al papel de acuarela:
Es en el momento del secado cuando el papel de acuarela se dota de su grano tan particular. Un pedazo de fieltro, tensado con rodillos, pasa por encima del papel para absorber gran parte de su humedad. Presionado contra el fieltro, el papel conserva sus relieves.
Mezcladas con la pulpa durante la fabricación o depositadas en la superficie de la hoja, las sustancias de pegado (almidón o gelatina) se incorporan a la pasta de papel. Su objetivo: limitar la capacidad de absorción del papel garantizar la resistencia de las fibras para un resultado óptimo incluso después de efectuar varias correcciones.