Técnica al agua, la pintura acrílica es fácil de utilizar y muy polivalente. Tu reto principal será dominar la disolución y el tiempo de secado ultra rápido
Técnica al agua, la pintura acrílica es fácil de utilizar y muy polivalente. Tu reto principal será dominar la disolución y el tiempo de secado ultra rápido
Para aclarar los colores, basta añadir un poco de agua a la pintura: cuanto más la diluyas, más se aclararán los tonos. Para obtener colores más oscuros, añádeles pintura. ¡Cuidado!: sin agua, el color se vuelve más opaco y oculta la capa de pintura aplicada anteriormente.
Cuanto más se diluye la pintura acrílica con agua, más transparente se vuelve y más deja ver las capas subyacentes. Al superponer una nueva capa de pintura translúcida, modificarás la tonalidad y el color de la capa precedente.
Para aprender a dominar las transparencia y las mezclas de tonos, practica la superposición de colores distintos.
Ejemplo: recubre un lavis amarillo con un lavis rojo.
Haz una prueba mezclando estos mismos colores en la paleta. Aplica la mezcla sobre el soporte al lado de los lavis superpuestos y observa el resultado: los colores son menos ricos e intensos.
El breve tiempo de secado de la pintura acrílica es un arma de doble filo: esto te obliga a aplicar los colores rápidamente y a acertar a la primera, ya que resulta más difícil hacer modificaciones. De hecho, los colores no pueden modificarse añadiendo agua (como en el caso de la acuarela) no rascando (como en el caso del óleo) ya que la pintura es indeleble una vez seca.
Para hacer correcciones, utiliza una pintura opaca, que ocultará un elemento o un color.