Un follaje denso, unas nubes vaporosas, una espuma ligera... para un resultado realista, abandona tus pinceles y pinta con tampón.
Un follaje denso, unas nubes vaporosas, una espuma ligera... para un resultado realista, abandona tus pinceles y pinta con tampón.
Esta técnica es una de las más fáciles de aprender en la pintura al óleo. Basta aplicar el color con una esponja, un paño o incluso un pedazo de papel arrugado. Obtendrás efectos con mayor o menor relieve, según el tipo de tampón que elijas.
Esponja natural: con su superficie irregular, alveolada y porosa, crea motivos sueltos con relieves en movimiento.
Esponja sintética: más resistente y rígida, produce texturas finas y apretadas, ideales para trabajar los follajes o los paisajes brumosos.
Tanto una como otra esponja te permiten cubrir rápidamente amplias zonas de pintura. Si eres un poquito perezoso, piensa en ellas para los fondos...
Efectos de fusión: con un trozo de paño ligeramente impregnado, superpón varias capas brumosas de distintos colores. Los tonos se mezclan entre ellos y crean otros nuevos. Una técnica fácil para representar el color del follaje de un bosque en otoño.
Efecto de fragmentación: aplica la pintura aplicando un tampón alveolado (esponja, papel arrugado). Aquí, los colores cubren pequeñas superficies y se juntan sin mezclarse. ¿Quieres pintar un campo de trigo? Gracias al efecto de fragmentación, puedes añadir algunas flores de aciano.