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Elegir el material para exponer las obras

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Exponer significa transportar las obras sin dañarlas y al mismo tiempo presentarlas al público en condiciones óptimas. A continuación, veremos cuál es el material necesario para proteger tus obras.

Antes del transporte

Una vez enmarcadas, las obras se convierten el volúmenes sólidos...y frágiles. Prepáralas para el viaje ofreciéndoles una protección triple:

-Una primera capa de material blando, con pH neutro.

-Un grosor de plástico de burbujas.

-Un embalaje de cartón ondulado.

 

También puedes optar por las "cajas americanas": cajas de cartón ondulado provistas de una tapa, disponibles en distintos tamaños estándar o fabricadas a medida.

Recuerda

No olvides asegurar tus creaciones, durante el transporte y también para toda exposición en un lugar no dedicado al arte. Contacta con tu compañía de seguros habitual o con una especializada.

Durante el viaje

Nada te impide transportar tus creaciones tú mismo. Pero a partir de cierta cantidad, o si quieres exponer grandes formatos, se aconseja apelar a un profesional. Puedes contactar con especialistas del arte y de los objetos frágiles, que también se encargarán de embalar tus tesoros, o confiar la carga a transportistas clásicos.

Un solo consejo: compara los presupuestos y las indemnizaciones previstas en caso de incidente.

In situ

Todo depende del lugar de la exposición, y también de la naturaleza de las obras. Un restaurante dispondrá, sin duda alguna, de escarpias en sus paredes, una galería te ofrecerá distintos procedimientos, pero si tus creaciones pesan y son voluminosas, si expones al aire libre o en un lugar no equipado, tendrás que prepararlo todo tú mismo.

Comprueba con el galerista que el dispositivo que equipará tus obras es compatible con su método de exposición.

El más sencillo es la anilla enganchada al cartón de fondo del marco mediante una cinta de lino trenzado. Duplica este sistema para los formatos que superen los 30 x 40 cm. Para las obras más pesadas, es conveniente equiparlas con anillas remachadas o pintones redondos cerrados, fijados a la moldura del marco.

Infórmate sobre el tipo de soporte antes de pensar en el sistema de colgado: prepara tacos de expansión para los tabiques huecos o tacos de nilón con aletas para las paredes macizas. Atornilla en ellos las escarpias.

Un método muy práctico es el uso de varillas metálicas verticales, fijadas a la pared, sobre las cuales se colocan ganchos para cuadros regulables.

Al aire libre o en los ligares puestos a tu disposición gratuitamente, coloca tus creaciones en caballetes o sobre muebles.

​Truco: Una iluminación adecuada

 Todo lugar cerrado implica la iluminación de las obras. Puede instalar rieles o focos en el suelo o en el techo, orientados hacia la pared, o colocar iluminaciones individuales para cada cuadro, fijados, por ejemplo, en el marco.

Evita los halógenos, portadores de demasiados rayos UV, y utiliza las bombillas de baja tensión o los LED, que restituyen bien los colores y consumen muy poco.

Las pinturas al óleo aprecian la luminosidad amarillenta de las bombillas incandescentes.

Algunos modelos de LED funcionan con pilas: algo muy práctico en ausencia de corriente eléctrica, o si queremos eliminar los cables.