En acuarela, es indispensable saber aligerar los colores, para aclarar las zonas demasiado cargadas, alternar texturas y, sobre todo, corregir un error.
En acuarela, es indispensable saber aligerar los colores, para aclarar las zonas demasiado cargadas, alternar texturas y, sobre todo, corregir un error.
Con un pincel
Humedece un pincel mediano y luego aplícalo sobre la parte del lavis que quieras aclarar. Retira el exceso de color con papel secante. Repite la aplicación hasta obtener el tono deseado.
Con un bastoncillo de algodón
Frota ligeramente la superficie a tratar con un bastoncillo de algodón seco. Cuidado, es muy absorbente y por ello tiene que aplicarse brevemente.
Con una esponja
Humedece la esponja con agua, escúrrela y aplícala en la parte que quieres aclarar. Aprieta la esponja sobre el papel para que absorba mejor los pigmentos.
Utiliza la esponja en zonas amplias, por ejemplo para el cielo.
Con un secante
Menos blando que el papel de cocina, el papel secante es muy absorbente. Se puede utilizar con dos técnicas:
Otras soluciones:
Con papel de lija de grano grueso, lija suavemente la zona que quieres aligerar: sobre la superficie pulida aparecerán pequeños destellos de luz. Sobre un papel de grano grueso, lija más enérgicamente.
¡Cuidado!: esta técnica sólo puede realizarse con papeles de gramaje alto.